La gente se enamora.
Tal vez una, tal vez dos ó tres... ó tal vez más veces en toda su vida.
De alguna forma, la persona enamorada llega a un punto en el que se da cuenta que haría cualquier cosa por la otra persona, que daría todo por poder acompañar, mimar, y cuidar de ella.
Ahora bien... ¿Cómo es que llegó a ese punto de difícil retorno?
¿Una fuerza mágica, inexplicable, la atrajo hacia la otra persona? ¿ciertas cualidades de la otra persona provocaron el enamoramiento? ¿las dos cosas?
Digamos que cuando escribo "cualidades" hablo no sólo de características como inteligencia, belleza física, cultura, sentido del humor, etc.; sino también de gestos, actitudes, formas de actuar, formas de sonreír, pequeños movimientos, frases y maneras de la otra persona que a mi juicio indudablemente juegan en esta discusión.
Volviendo a la pregunta, a primera vista me cuesta responderla con seguridad. Bueno, para qué pretender: me cuesta simplemente responderla. Así que divaguemos un rato...
Uno mismo llega a sentir que es como si una fuerza mágica nos atara a la otra persona. Las "mariposas en la panza", la aceleración del pulso cuando se acerca, las ruborizaciones, los nervios, el hecho de que ocupen la mayoría de nuestros pensamientos... son síntomas que no podemos evitar cuando nos enamoramos, y parecieran ser inducidos por ésta "fuerza mágica".
Por otro lado, todo lo que hace la otra persona, todo lo que dice, todo lo que fue y lo que es, lo vemos perfecto. Vemos perfectas esas cualidades. Como muchos dicen, "idealizamos" a la otra persona.
Quizá la clave esté en responder si idealizamos porque en realidad realmente nos gustó todo de la otra persona ya que todas esas cualidades son acordes a nuestros gustos, ó si hay algo que no manejamos que hizo que todo nos guste.
O más complejo aún, una respuesta desde el punto de vista tal vez psicológico: puede que la realidad sea que siempre ciertas cualidades nos gusten y otras no, pero que nuestras propias ganas de concertar una relación ó sentir algo lindo ó tener esa hermosa ilusión que da el Amor, hagan que de alguna forma nos forcemos (más inconscientemente que otra cosa) y veamos todo color de rosa.
No es demasiado descabellado esto último, más teniendo en cuenta la complejidad de nuestras mentes y lo extremadamente fácil que nos es complicar las cosas y enredarnos en nuestros propios pensamientos. Lo peor es que con ese enriedo logramos entorpecer a los mismísimos sentimientos. Pero ese es tema de algún otro (futuro) post!
"Cualidades que nos gustan"... ¿y eso?. Bueno, la valoración de las cualidades es sin duda algo subjetivo, y la hacemos aunque no querramos. Por propia naturaleza algunas de ellas nos gustan, y otras no.
¿Y podría ser que la misma cualidad en una persona nos guste y en otra no? La respuesta, desde mi punto de vista, parecería ser "¡por supuesto!". Eso sería un argumento favorable para pensar que hay algo más además de las cualidades, aunque con seguridad no es determinante. Podrían decirme que no se puede comparar la misma cualidad en diferentes personas... y no puedo decir mucho acerca de eso, más que "sí, puede ser".
Comentario aparte (y no tanto), hay algo bien cierto: una vez que nos enamoramos, está completamente fuera de nuestro alcance la posibilidad de "dejar de sentir" en el momento que lo deseemos.
Decía yo mismo en un post anterior: "Depende de algo más, algo difícil de explicar, y que sin duda está fuera de nuestro alcance". En ese entonces, lo escribí convencido.
Para la poesía, es claro que es conveniente la existencia de esta fuerza "mágica"... es realmente estimulante y poético pensar que existe esa atracción inevitable que todo lo puede, todo lo supera, y es más fuerte que cualquier otra cosa. Quizá por eso a mi me guste esa idea también.
¿Y entonces?
Indudablemente, las cualidades entran en juego, mínimamente para comenzar a llamar la atención de la otra persona. Creo que uno puede ir enamorándose de alguien a medida que lo va conociendo y descubriendo esas cualidades. Y no siempre (o casi nunca) se trata del famoso "amor a primera vista".
Por otro lado, también estoy convencido de que existe algo más, además de esas cualidades, que nos unen de una manera especial a la otra persona. Pueden gustarnos mucho las cualidades, pero si falta este componente... Algunos le llaman "química", otros "fuerza mágica"... Creo que existe, y que no es sólo producto de la "compatibilidad de cualidades".
Mi conclusión...
Ambas cosas existen. Y ambas son necesarias para construir al Amor, de a dos, en una relación de pareja.
No me animo realmente a establecer cuál es la relación clara (si es que la hay) entre ambas cosas. Pero creo que ambas existen, y que al aparecer en conjunto se complementan de la forma más maravillosa que puede existir: dando lugar al Amor.
lunes, 24 de diciembre de 2007
lunes, 17 de diciembre de 2007
Lo peor es el vértigo
- Todos los procesos tienen un tiempo de madurez. Y para que las cosas salgan bien hay que respetar ese tiempo, no hay otra. - dijo Virginia, entre muchas voces que se mezclaban en la oficina.
Me sentí impactado por la frase. Compartía la idea en el contexto en que fue dicha, pero me impresionó a otro nivel.
El crecimiento lleva su tiempo, ya lo sabemos. También lo necesita el Amor. Y asimilar dolores lo requiere de igual manera.
Claro que se puede no esperar. Claro que se pueden ignorar nuestros gritos internos. Pero en general eso que llevamos dentro, contenido, presionado por nosotros mismos, tarde ó temprano de alguna forma se expresa... y no suele ser en forma de buenas noticias.
"Lo peor es el vértigo. En el vértigo no se dan frutos ni se florece. Lo propio del vértigo es el miedo, el hombre adquiere un comportamiento de autómata, ya no es responsable, ya no es libre, ni reconoce a lo demás." (Sábato, en "La resistencia")
Muchos de nosotros somos capaces de respetar, con alguna que otra dificultad, los tiempos de los demás. Pero somos asombrosamente incapaces de respetar nuestros propios tiempos.
Saber esperar, saber asimilar. Saber asentar los sentimientos, para lograr entenderlos y luego afianzarlos. Son todas tareas difíciles de llevar a cabo, pero que suelen derivar en los mejores beneficios (y los menos dolorosos) en todas las circunstancias.
Vuelvo a pedirle una mano a Sábato:
"Pero el vértigo no esta solo afuera, lo hemos asimilado a la mente que no para de emitir imágenes, como si ella tambien hiciese zapping; y, quizás, la aceleracion haya llegado al corazón que ya late en clave de urgencia para que todo pase rápido y no permanezca. Este común destino es la gran oportunidad, pero ¿quién se atreve a saltar afuera?"
Sinceramente me impresiona profundamente la frase "(...) quizás, la aceleracion haya llegado al corazón que ya late en clave de urgencia para que todo pase rápido y no permanezca."
Creo ver el reflejo de miles de situaciones de la vida en esas palabras. Capturan lo que parece ser una de las claves de todo éste torbellino en el que vivimos.
Indudablemente darse el tiempo necesario significará un gran paso de crecimiento. Y tal vez sea justamente por eso que cuesta tanto.
Me sentí impactado por la frase. Compartía la idea en el contexto en que fue dicha, pero me impresionó a otro nivel.
El crecimiento lleva su tiempo, ya lo sabemos. También lo necesita el Amor. Y asimilar dolores lo requiere de igual manera.
Claro que se puede no esperar. Claro que se pueden ignorar nuestros gritos internos. Pero en general eso que llevamos dentro, contenido, presionado por nosotros mismos, tarde ó temprano de alguna forma se expresa... y no suele ser en forma de buenas noticias.
"Lo peor es el vértigo. En el vértigo no se dan frutos ni se florece. Lo propio del vértigo es el miedo, el hombre adquiere un comportamiento de autómata, ya no es responsable, ya no es libre, ni reconoce a lo demás." (Sábato, en "La resistencia")
Muchos de nosotros somos capaces de respetar, con alguna que otra dificultad, los tiempos de los demás. Pero somos asombrosamente incapaces de respetar nuestros propios tiempos.
Saber esperar, saber asimilar. Saber asentar los sentimientos, para lograr entenderlos y luego afianzarlos. Son todas tareas difíciles de llevar a cabo, pero que suelen derivar en los mejores beneficios (y los menos dolorosos) en todas las circunstancias.
Vuelvo a pedirle una mano a Sábato:
"Pero el vértigo no esta solo afuera, lo hemos asimilado a la mente que no para de emitir imágenes, como si ella tambien hiciese zapping; y, quizás, la aceleracion haya llegado al corazón que ya late en clave de urgencia para que todo pase rápido y no permanezca. Este común destino es la gran oportunidad, pero ¿quién se atreve a saltar afuera?"
Sinceramente me impresiona profundamente la frase "(...) quizás, la aceleracion haya llegado al corazón que ya late en clave de urgencia para que todo pase rápido y no permanezca."
Creo ver el reflejo de miles de situaciones de la vida en esas palabras. Capturan lo que parece ser una de las claves de todo éste torbellino en el que vivimos.
Indudablemente darse el tiempo necesario significará un gran paso de crecimiento. Y tal vez sea justamente por eso que cuesta tanto.
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